5 de enero de 2017

Pablo Iglesias disfrazado de Mujer del Leño


Pablo Iglesias disfrazado de Mujer del Leño

Cuando el uso político de la cultura fan se vuelve en tu contra
 
El vídeo de Pablo Iglesias parodiando a la Mujer del Leño de Twin Peaks funciona muy bien en un único nivel: el de los que recuerdan vagamente la serie. Había una mujer, llevaba un leño, hablaba y vestía raro… En ese punto, el líder de Podemos consigue su objetivo: es “tronchante”, “hilarante”, y protagoniza “un divertido vídeo”, para los titulares. Conecta con el runrún sobre el regreso de la serie este mismo año -el propio Iglesias lo recuerda en el vídeo- y se sube a un fenómeno pop antes de que suceda.
El tuit de Pablo Iglesias: He querido hacer un homenaje a Twin Peaks para recordaros que todavía podéis inscribiros en Podemos.
Porque su “homenaje” es una ocurrencia de noche de juerga en casa rural, uno que encima escoge el personaje que más difícil lo tiene para regresar en 2017 (porque la actriz Catherine Coulson murió).
 
 
 
Para ir al fenómeno tuit más popular, es lo mismo que cuando Ramón Espinar se sube al peor carro posible -lanzar un mensaje político tras la muerte de Carrie Fisher- con un mensaje de los de triple facepalm tirando (mal) de Princesa Leia.
El tuit de Ramón Espinar: Leia dejó la monarquía y se pasó a liderar una rebelión. Queremos más princesas así
Con este tuit el fan de Star Wars lo ve todo rojo oscuro y patea el peluche de Yoda hasta Lisboa. Pero la inmensa mayoría puede pensar que sí, es algo de mal gusto. Pero por la muerte de Fisher, no porque el tuit no tenga maldito sentido dentro del universo Star Wars. Así que es una guerra en la que el aficionado lleva, de momento, las de perder frente al gran público.
 
 
 
Pero quizás el mejor ejemplo es esto que tuiteó alegremente Tania Sánchez, que junta al Batman de DC (Warner) con el universo Marvel (Disney) y que provocó convulsiones a más de uno:
El tuit de Tania Sánchez: Porque con amigas llegamos más lejos, necesitamos un Podemos plural y proporcional


 
 
Entre otras cosas porque, dejando de lado que sean de universos distintos, en los cómics Batman no pelea solo desde hace años. Tiene una Batfamilia bastante plural, que ha ido desde una Batwoman lesbiana o una Oráculo discapacitada hasta un Robin afroamericano, otra Robin femenina y un diverso etcétera. Pero los cómics los leen un puñado de personas y el espectador medio de cine no distingue que Batman y Capitán América pertenecen a empresas distintas.
Los juegos de Podemos buscan demostrar que participan del mismo contexto que nosotros. De forma más o menos desacertada, encabritando al fan, pero apuntando en la dirección de la cultura que consumimos en masa. Pero resulta falso y torpe cuando se hace invadiendo una cultura o un lenguaje que no dominas. Iglesias, por ejemplo, habría hecho un papel mejor si su parodia la hubiese hecho delante de esa misma chimenea vestido de Jon Snow, porque nadie duda que conozca ‘Juego de Tronos’ más que ‘Twin Peaks’. 
Por supuesto, hay otra opción: mantener siempre la distancia y convertirse uno mismo en cultura pop cuando la ocasión lo requiera.
 Otro hito pop: meter el lenguaje tuitero en las Cortes. Y el doble de horrible porque sólo lo entiendes tú y los que son tan fans como tú.
Los que tenemos más de 60 años esto nos suena a cachondeo, en que estamos en cosas serias o en el país de las maravillas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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